Todas las personas nos sonrojamos alguna vez que otra. Es una señal de que estamos vivas y de que sentimos. Pero el problema surge cuando a una persona le da auténtico pavor enrojecerse. Y más si lo que está sintiendo no es una sensación agradable tipo enamoramiento. A esto es a lo que se le llama eritrofobia.
Las personas que padecen este temor, lo pasan muy mal y para ellas supone un problema. Aunque la realidad es que no lo es en absoluto. Porque si yo estoy hablando con alguien, a mi no me importa que se sonroje. Y si se sonroja, lo que pienso es que está sintiendo timidez. Lo que para mi, no es nada malo absoluto.
Pero esto son las jugarretas de la mente.
Marcas de cosmética prestigiosas crean rubores para las mejillas e incluso les ponen nombres atrevidos. Y las jovencitas se dan tortas por comprarse ese producto. En cambio, la persona que tiene una timidez extrema siente auténtico pánico si la ven sonrojarse.
Esto es lo que vamos a ver en este artículo:
- ¿Qué es la eritrofobia?
- Causas de la eritrofobia
- Posibles soluciones
¿Qué es la eritrofobia?
Es una condición clínica frecuente principalmente en los trastornos de ansiedad; aunque también puede presentarse como signo o síntoma único sin la presencia de otros síntomas de ansiedad.
Se trata de el miedo extremo o pánico a ruborizarse.
A diferencia del rubor natural, que se produce como consecuencia de la afluencia de sangre en la zona facial, la eritrofobia es causada por el temor a ruborizarse.
Como he comentado anteriormente todas las personas nos ruborizamos alguna que otra vez, pero la diferencia entre la persona que padece eritrofobia de la que no la padecemos es que no hacemos una valoración negativa al hecho de sonrojarnos.
Es muy común que las personas con fobia social sufran de eritrofobia y viceversa. Es decir, que la misma, les cause fobia social. Es tal el malestar que les causa a las personas que la sufren que evitan a toda costa enfrentarse a situaciones en las que puedan sentirse avergonzadas.
Causas
- Heridas de la infancia.
- Situaciones en la niñez que generaron un trauma.
- Necesidad de aprobación.
- Perfeccionismo.
- Resistencia a ruborizarse. Todo lo que resistes persiste y se multiplica.
En la infancia puede que hayas sido avergonzada y que te hayan ridiculizado. También puede que hayas recibido una educación muy estricta. Y todo esto te ha hecho desarrollar una personalidad perfeccionista y crítica hasta llegar a la crueldad contigo misma.
Has basado tu autoestima en la aprobación de los demás. Y cuando no obtienes esa aprobación es cuando sientes que no vales nada. Al ruborizarte lo que estás manifestando es un sentimiento de imperfección, de ser inadecuada. Pero esto no es real, tu valor es perfecto e inmutable.
Posibles soluciones
- Acoge esos temores en forma de pensamientos, con amor. Aunque te parezca difícil.
- Haz un trabajo de conexión con tu niña o niño interior y dale mucho amor.
- Ríete de ti misma cuando te vengan esos pensamientos. Ve series de humor y llena tu vida de cosas de risa, para quitarle importancia. Pero siempre desde el respeto y cariño que te tienes.
- Pregúntate cuando te asuste ponerte roja, ¿qué es lo peor que puede pasar?
- Recuerda las veces que te has puesto roja, ¿qué ha pasado después? ¿El mundo ha seguido girando?
- Escribe una carta con lo peor que puede pasar si te poner roja.
- Comprueba si ha pasado algo de lo que temías.
- Busca grupos de apoyo con personas que estén pasando por lo mismo que tú.
- Apóyate en la gente que te quiere.
- Ve a un terapeuta.
- No dejes la responsabilidad de tu sanación en manos del terapeuta y complementa la terapia haciendo todo esto que te propongo.
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